Mucho se habla del Mindfulness, de la meditación, de herramientas, de terapias, de muchas otras formas de «sanar».
En nuestro afán de vernos «libres» de enfermedades, del dolor, tanto emocional como físico, buscamos en todos los rincones soluciones milagrosas.
Muchos maestros, gurus y coaches tienen soluciones únicas para nuestra felicidad. Todo siempre me ha parecido maravilloso.
No hay una verdad absoluta más que aquella que uno mismo puede ser consciente al comprenderla en su totalidad y solo sucede cuando atravesamos todas las barreras ilusorias que nos frenan de ver esa verdad de frente.
El movimiento Mindfulness se popularizo, y con el vinieran maestros y más maestros especialistas.
Incluso en algun momento yo mismo me sentia un experto. Aunque nada de eso esté equivocado, o tenga demasiada importancia.
Al final hablamos de una sabedoria milenar, su esencia se remonta a las orígenes del budismo y quien sabe si incluso anteriormente.
Al observar de cerca este movimento Mindful, vemos una hermosa y cariñosa mirada hacia nuestro consciente. Donde surgen todo tipo de aflicciones, dudas, miedos, alegrias, sensaciones placenteras.
Es como todo lo que vaya surgiendo sea simplemente acompañado en ese movimiento por un hermano mayor, que con su sabiduría, permite nuestra presencia y al mismo tiempo nos inunda de esa sensibilidad, de esa harmonia y esa compasión hacia lo que surge ahora en mi.
Si, es verdad, asi de simple, asi de honesto.
Aunque nos gusta complicar, este movimiento no tiene nada de complicado, no encuentra resistencia en la vida.
Imagina un rio fluyendo mientras estas en la orilla viendo pasar el agua.
¿Observas algun sufrimiento en el agua? ¿hay algo que impida ese rio de fluir? ¿tu pensamiento interfiere?
Guste o no, nos hacemos muy pocas preguntas sobre nosotros mismos, queremos saber muy poco sobre quien somos en realidad.
Nos enfocamos más en las afueras, es más atrativo, menos doloroso (a veces), más interesante.
Es una perfecta lectura rosa de la vida, como esas revistas y programa TV con chismes sobre la sociedad que nos entretienen y nos esconden de nuestras aflicciones, dolores, culpas, miedos y de la verdadera responsabilidad.
Por eso el movimiento Mindful apenas te invita a un lugar donde hay la verdad, la verdad de ser responsable de lo que vives en tu vida en este momento. Sea que gustes o no gustes, quieras o no quieras.
A ese movimiento no le importa tus quereres, tus deseos, tus berrinches, tus pataletas.
Apenas está ahí para abrazarte y cuidarte, apenas está para Amarte, porque ya te Ama, mismo que seas un asesino, un violador, un medico que salva vidas, un politico o el CR7.
No te ve como un personaje, te ve como vida y consecuentemente te ve como Amor.
Y en este movimiento, apenas aprendemos a Amar.