miedo

Cuando pensé en escribir sobre los miedos, lo primero que me vino a la mente fue un episodio que viví en la Ciudad de México, cuando residía allí. Era una tarde calurosa, de las típicas del DF (así se llama al Distrito Federal), más de 30 grados, contaminación a tope, y claro, a esa altura la presión es mayor y hay menos oxígeno, así que todo lo que podemos encontrar es un perfecto efecto invernadero como muchas veces teníamos allí, y esa tarde lo era más especialmente, por diferentes motivos y debido a una gran sobrecarga emocional. De pronto un pensamiento vino a mi mente y me hizo visualizar una situación determinada en un futuro no muy lejano,  sentí una sensación de ahogo, como si el aire se estuviera agotando aunque me encontraba en la calle. Tuve que entrar en un pequeño restaurante y quedarme allí por un tiempo, sin fuerzas para levantarme, pálido y temblando por dentro.

¿Qué pasa en nuestro cuerpo?

El miedo se había apoderado de mi cuerpo y de mi estado, no podía tomar decisiones coherentes. Es importante tomar conciencia de lo que está pasando en nuestro cuerpo a nivel biológico y fisiológico cuando nos bloqueamos por el miedo.

Nuestro cuerpo contesta de la misma forma a un miedo o ansiedad, sea real o imaginario. El mejor ejemplo del fantástico sistema de comunicación que tiene nuestro organismo, es que se accionan todos los mecanismos para defendernos o atacar cuando nos sentimos amenazados, únicamente para garantizar nuestra supervivencia. Los mecanismos biológicos y químicos que gobiernan nuestros sistemas de emergencia son los mismos que ayudaban a nuestros ancestros hace muchas décadas atrás para defenderse de animales salvajes y de otras tribus.

tigre y el cortisol

El tigre imaginario es amigo del cortisol

En mi caso no había ningún tigre suelto en la ciudad, aunque mi sistema inteligente no lo sabía y funciona de la misma manera, como si fuera una amenaza, entonces se inició la liberación masiva de la llamada hormona del estrés, el cortisol, la que controla todo el sistema de alerta. Las hormonas son como mensajeros dentro de nuestro cuerpo, llevan mensajes químicos en el flujo sanguino a los diferentes grupos celulares y órganos para regular su funcionamiento. El cortisol es segregado durante todo el día a través de las glándulas adrenales, existiendo momentos  de mayor pico, entre las 6 y las 8 de la mañana, su momento menos intenso es alrededor de la media noche, y en momentos de miedo y estrés el cortisol se dispara.

Durante el periodo de miedo y estrés yo seguía sentando en el restaurante dando vueltas a mis pensamientos destructivos… nuestro cerebro manda un mensaje a las glándulas adrenales para que liberen más cortisol, haciendo que el organismo libere glucosa a la sangre para enviar cantidades masivas de energía a los músculos. El ritmo cardiaco aumenta para lograr llevar lo antes posible estos elementos a las partes que más la necesitan, además el cuerpo está en alerta roja, un peligro inminente de supervivencia.

El cortisol realmente tiene como función activar la sensibilidad del corazón y de los vasos sanguíneos, para así estimular el efecto de otras dos hormonas: la adrenalina y noradrenalina. Hoy no voy a explicar como funciona todo el sistema, lo publicaré más adelante en otro post.

Los efectos del Tigre en nuestra vida

Yo me sentía atacado por el tigre, me mantuve totalmente bloqueado y asustado, en mi caso no había peligro, nadie para atacar, ni motivos para huir, mi cuerpo usó otra función para protegerse, el bloqueo. A veces la mejor defensa hacia un depredador mayor que nosotros es fingir que estamos muertos. Y la verdad, yo me sentía como si me fuera a morir, el oxígeno me faltaba y no podía respirar, mi corazón latía a mil revoluciones por minuto, me sentía desfallecido. Todo provocado por una situación que venía de varios días atrás, generando que yo me adelantara a los acontecimientos dando rienda suelta a mi imaginación, para que al final, nada de lo que había pensado que podía suceder, ocurrió.

Los efectos prolongados del cortisol son los responsables de la obesidad, de daños en el corazón, en el sistema inmunológico provocando la bajada de las defensas y un largo etc. Hay muchos estudios que indican los efectos perjudiciales de una elevada concentración de la hormona en una situación que se mantenga constante. Una verdadera alarma, sus efectos. No es por casualidad que el mayor % de muertes por infartos cardiovasculares  se de entre las las 7 y las 10 de la mañana de los lunes, ¿has pensando por qué?.

¿Y qué hago cuando esto sucede?

En ese momento yo no sabía que hacer para bajar la ansiedad que me provocaba el miedo, el pánico me había llevado a tomar decisiones muy poco coherentes e incluso infantiles.

Lo que viví me ha servido para entender un poco mejor el proceso,  por este motivo os voy a dar un par de ideas sencillas y prácticas que se pueden usar en cualquier parte, incluso en una reunión, u otro espacio, para ayudaros a salir de ese estado.

Primer aspecto importante, la respiración – Si ya estamos acelerados, lo que tenemos que hacer es ayudar al sistema a volver a su estado antes de activar todo el sistema de alarma.  Nos vamos a centrar en la barriga y vamos a respirar profunda y suavemente, pero llenando esa parte del cuerpo, imagina que tu barriga es un globo y lo estás inflando, retén el aire un par de segundos y lo sueltas suavemente por la boca, siempre poniendo tu atención en la barriga y en la entrada y salida del aire.

Segundo aspecto, la atención – Seguramente lo que nos lleva a crear este estado es algún pensamiento o un grupo de pensamientos. Se genera el llamado efecto de la mente de mono, el nombre que dan los Budistas al estado de la mente que es incontrolable y va saltando de un pensamiento al otro sin parar, como un mono de rama en rama en un árbol. En este momento es importante además de la respiración, poner rápidamente la atención en esos pensamientos, y ahora la parte más complicada, que logremos solamente observarlos. Imagínate que estas en una estación  de tren, y el pensamiento es el tren que pasa por la estación sin parar, tú estas ahí, no te montas en el tren, imposible por la velocidad, no juzgas que vaya rápido o lento, es como es y como tiene que ir, tú solamente observas el tren pasar y lo dejas ir, sin más.

En otro post hablaré con más detalle sobre nuestros miedos y pensamientos. El miedo es uno de los aspectos más dañinos de nuestra vida, nos limita en nuestro crecimiento personal, en la armonía, y en especial, en nuestra capacidad de visión estratégica.

¡Libérate de tus miedos!

Gracias por leerme.

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